Hernán del Solar

Crítico, ensayista, poeta, novelista y creador de cuentos infantiles.
Hernán del Solar Aspillaga, nacido el 19 de septiembre de 1901, inició su vasta carrera literaria como poeta, publicando a la edad de 18 años, Senderos, su primer libro de versos, el cual fue recibido auspiciosamente por la crítica. Desde ese momento, su interés por las letras fue en aumento, dedicando largas jornadas a fortalecer su cultura y conocimiento. Así fue como siendo aún joven ya dominaba diversos idiomas: inglés, catalán, francés, italiano y portugués, lo que le permitió más adelante convertirse en un destacado traductor de la literatura extranjera. Fue el primer autor en traducir al español a Thomas Mann y Nikos Kazantzakis.Asimismo difundió otros importantes escritores internacionales, tales como Stefan Zweig, Aldous Huxley, Andre Maurois, Pierre Mac-Orlan, Zilahy Lajos, Blaise Cendrars y otros.

En 1920, se incorporó como secretario de redacción en la revista Zig-Zag, donde también ejerció como colaborador. Posteriormente, en 1923, en la misma revista publicó su primer cuento, “El hombre gris”,, el cual apareció el 26 de mayo. Ya en 1928 estaba a cargo de la edición de la revista Letras, junto a otros destacados escritores nacionales –Salvador Reyes, Luis Enrique Délano, Ángel Cruchaga Santa María y Manuel Eduardo Hübner-. Esta publicación marcó el inicio de Hernán del Solar como crítico literario, labor que se reafirmaría con su trabajo en la revista Hoy, a partir de 1932.

Su interés por la teoría y crítica literaria hizo surgir un nuevo libro en 1937, Índice de la poesía chilena contemporánea, donde presentó un recorrido por distintas épocas de la poesía chilena, incluyendo el modernismo y la vanguardia. Posteriormente, en 1940 publicó Viento verde, su primer volumen de cuentos.

El año 1946 se convirtió en una fecha clave para su carrera literaria. Junto al escritor catalán, Francisco Trabal, fundaron la Editorial Rapa-Nui, destinada a publicar exclusivamente libros para niños. Este proyecto editorial, finalmente, le significó un arduo trabajo, ya que para sostenerlo tuvo que escribir personalmente la mayoría de los libros. Si bien la publicación de 47 títulos en cinco años, fue un gran esfuerzo, lo posicionó como uno de los más importantes escritores de literatura infantil en Chile. De esta época son sus libros para niños más sobresalientes, escritos todos entre 1946 y 1950.

En 1965 publicó Breve estudio y antología de los Premios Nacionales de Literatura, libro muy aclamado por la crítica por presentarse como una guía hacia los valores de nuestra literatura.

El 4 de noviembre de 1968, recibió el Premio Nacional de Literatura, un reconocimiento a su larga trayectoria como ensayista, narrador, crítico literario y poeta. Al año siguiente se publicó un libro recopilatorio de su obra, cuyo título fue Los mejores cuentos.

En 1970, fue nombrado miembro de número de la Academia chilena de la Lengua, en reemplazo de Jaime Eyzaguirre.

Hernán del Solar falleció el 22 de enero de 1985





Obras 

Escribió poesía infantil, pero también de adultos, fué un gran critico y antologador. En un principio, como tantos, fue poeta, sin embargo también realizó traducciones, puesto que poesía sólidos conocimientos de otros idiomas, en consecuencia tradujo mas de 80 libros.

Algunas de sus obras son:

Senderos (1919)

Fran y Javiera For Ever (1937)

Viento Verde (1940)

La noche de enfrente (1952)

La poesía chilena en la primera mitad del siglo XX (1953)

Los hombres y las cosas (1959)

Apéndice de cien autores contemporáneos

Cuando el viento desapareció (1965)

El crimen de la calle Bambi(1967)

Las aventuras de Totora y Mac, el microbio desconocido

Breve estudio y antología de los Premios Nac. De Literatura (1965)

Los mejores cuentos (1969)

Premios Nacionales de Literatura (1975)

Hazañas de Nap y Moisés (1976)

Cuentos para niños (1978)

La luna colorada (1984)

Pata de palo

Memorias de una Sirena

La Porota

Kid pantera

Las aventuras de Totora



Sobre su narrativa infantil Alone dijo: 

“No es fácil que la atención del lector se despegue de estas páginas, siempre que las aborde como están escritas, con sencillez de espíritu y un poco de buen humor. Un verdadero torrente de sucesos cruza cada volumen; apenas hay tiempo de ver; inútilmente buscaríamos esas largas descripciones de paisajes o casas en que la narración se detiene y cuyo fin se anhela; aquí la buena amiga curiosidad manda como señora y sólo le disputa el terreno la sorpresa, el encantamiento de lo maravilloso manejado sin varilla mágica, sin hadas, duendes ni fantasmas gastados por el uso. Hernán del Solar, mago de hoy, sabe que todo vive y no elige, no escoge; va, mira y crea, convierte en personajes apasionantes hasta los microbios”.
 

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